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1762

Ante la posibilidad de un nuevo conflicto entre Españay Portugal, a causa de la firma del Tratado de El Prado en 1761, el gobernador de la Capitanía de Río de Janeiro, Gomes Freire de Andrade, destaca al coronel Thomas Luz Osorio para construir una nueva posición fortificada en el sector denominado Castillos Chicos, en el camino de La Angostura. El 10 de octubre, Osorio se entera del sitio de Colonia del Sacramento establecido por el gobernador de Buenos Aires, Pedro Antonio de Cevallos. En Consecuencia, el ayudante de ingeniero Joao Gomes de Mello tanza un fuerte de forma pentagonal, de palo y pique, al que se bautiza el 15 de octubre bajo la advocación de la santa de ese día: Teresa de Ávila. La fortificación es complementada por un sistema de trincheras y artillada con diez piezas de pequeño calibre. Trescientos soldados del Regimiento de Dragones del Río Pardo y varias compañías de voluntarios denominados “aventureros” conforman la guarnición.

1763 

El 30 de octubre de 1762, Cevallos recupera Colonia del Sacramento y, el 6 de enero de 1973, vence a la escuadra anglo-portuguesa que ataca la ciudad, hundiendo a su buque insignia, el Lord Clive. Con la plaza fuerte asegurada , el gobernador de Buenos Aires deja allí una guarnición de 700 soldados y el 19 de marzo inicia el avance hacia Maldonado para continuar desde allí a Río Grande, al frente de 1700 hombres en dos columnas. Tres semanas después, Cevallos arriba a las inmediaciones de Santa Teresa. El 17 de abril, una vez reconocida la posición, coloca sus avanzadas a tiro de fusil del enemigo y manda construir una batería de seis cañones de 12 libras. Al día siguiente, un contingente portugués intenta impedir esa maniobra sin éxito. En la noche, deserta el grueso de las tropas del coronel Osorio, con la excepción de los Dragones de Río Prado. Sin poder resistir, el comandante portugués rinde la plaza. En el interior de la fortaleza, se capturan 13 cañones 3200 proyectiles de artillería y 60 quintales de pólvora. De inmediato, Cevallos envía al capitán Alonso Serrato con el objetivo de tomar San Miguel. Tras la ocupación de Río Grande, Cevallos arriba a dicho puerto en mayo y decide finalizar la construcción de Santa Teresa. Para ello se sirve del proyecto del ingeniero militar Francisco Rodríguez Cardozo 

1765-1775

Durante dicho período, se comisiona al ingeniero francés Jean-Barhélemy Havelle (o Howell), apresado en la toma de Colonia en 1762, con el fin de continuar con las obras de reedificación. Finalmente, la fortaleza queda configurada según las características del sistema Vauban: un pentágono irregular, con cinco baluartes salientes construidos en piedra tallada del sitio y un perímetro de 642 metros. Las edificaciones interiores también se realizan en piedra tallada y acuñada del lugar con techumbres de tejas musleras. En el exterior, se ejecutan obras de defensa en dos cortaduras de trinchera con foso y parapeto de estacada y tierra que cierra el paso de La Angostura y protegen el abastecimiento de agua a la fortaleza.  

1777 

El tratado de San Idelfonso ratifica la posesión española de la Fortaleza de Santa Teresa y del Fuerte San Miguel. 

1797 

Creado en diciembre de 1796 por el virrey Pedro Melo de Portugal y Villena, el Cuerpo Veterano de Blandengues de la Frontera de Montevideo cumple guarnición en la fortaleza en su misión de mantener la seguridad y el orden en la zona. 

1811 

Iniciada la Revolución Oriental, Santa Teresa constituye uno de los objetivos de los patriotas. Manuel Francisco Artigas comisiona al teniente Pedro Gervasio Pérez que tome posesión de la fortaleza, misión que cumple sin esfuerzo alguno ya que Bernabé Zemeño, comandante de la guarnición, estaba en convivencia con los revolucionarios. Sin embargo, el esfuerzo patriota se concentra en el sitio de Montevideo y descuida la protección de Santa Teresa. 

Durante la invasión portuguesa, de 1811, Diogo de Souza, comandante del Ejército Pacificador de la Banda Oriental, destaca 300 soldados de caballería para evitar que los patriotas reciban refuerzos. Finalmente, el 5 de septiembre de Souza captura Santa Teresa, luego de que sus defensores la abandonaran tres días antes e incendiaran el pequeño poblado lindero. Ese hecho es considerado como el primer eslabón del Éxodo Oriental. 

1812

La firma del Tratado Rademaker- Herrera, entre el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Reino de Portugal, pone fin a la intervención portuguesa e la Banda Oriental y da pie al Segundo Sitio de Montevideo. Una vez más los patriotas recuperan Santa Teresa. 

1816-1825 

La invasión luso-brasileña de 1816 tiene a Santa Teresa como uno de sus primeros objetivos. Por lo tanto, la tercera columna, con 600 hombres al mando del general Carlos Federico Lecor, desembarca en Santa Catarina y penetra el territorio oriental protegido y flaqueado por la escuadra naval del conde de Viana. El 28 de agosto, la vanguardia de esa división bajo las órdenes del mariscal de campo Sebastiao Pinto de Araújo Correia ocupa la Fortaleza de Santa Teresa, para luego proseguir hacia Maldonado, Montevideo y Colonia del Sacramento. Entre las unidades de la Columna Lecor se encuentra la División de Voluntarios Reales del Rey, muchos de ellos veteranos de las campañas contra Napoleón. 

1816-1825 

La invasión luso-brasileña de 1816 tiene a Santa Teresa como uno de sus primeros objetivos. Por lo tanto, la tercera columna, con 600 hombres al mando del general Carlos Federico Lecor, desembarca en Santa Catarina y penetra el territorio oriental protegido y flaqueado por la escuadra naval del conde de Viana. El 28 de agosto, la vanguardia de esa división bajo las órdenes del mariscal de campo Sebastiao Pinto de Araújo Correia ocupa la Fortaleza de Santa Teresa, para luego proseguir hacia Maldonado, Montevideo y Colonia del Sacramento. Entre las unidades de la Columna Lecor se encuentra la División de Voluntarios Reales del Rey, muchos de ellos veteranos de las campañas contra Napoleón. 

1825-1826

A modo de corolario de la Cruzada Libertadora (1825) y como prólogo de la Guerra de Brasil (1825-1825), el coronel Leandro Olivera captura Santa Teresa en la madrugada del 31 de diciembre de 1825. Según el mismo Olivera, sorprenden a la guarnición “encontrando a todos en camisa”. En este golpe de mano, se capturan 150 carabinas y pistolas, 100 fusiles, 100 sables, 12 cajones con 9000 cartuchos a bala y gran cantidad de equipamiento personal. De inmediato, Olivera deja un contingente con dos oficiales para custodiar a los 70 prisioneros y se dirige a tomar la guardia del Chuy, objetivo que logra el 1° de enero de 1826, asegurando el control del área. 

1828

Se firma la Convención Preliminar de Paz entre Brasil y las Provincias Unidas. Por lo tanto, Santa Teresa pierde todo valor estratégico y comienza su declaratoria. 

1830-1843

Durante las presidencias de Fructuoso Rivera (1830-1834 y 1839-1843) y Manuel Oribe (1835-1838), la fortaleza cumple su rol de atalaya en la frontera con Brasil, sumido en la Guerra de los Farrapos o Revolución Farroupilha (1835-1845), en el territorio independizado de Río Grande del Sur. 

1895 

El Gobierno de la República dispone la reparación de la fortaleza para convertirlo en un establecimiento penal. 

1923

El 26 de diciembre, el Poder Ejecutivo declara Monumento Nacional por Ley N°8172 a la Fortaleza de Santa Teresa. Asimismo, se establece su reconstrucción y la formación de un parque público en el área. 

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1928

La Comisión Honoraria de Restauración y Conservación de la Fortaleza de Santa Teresa inicia los trabajos de puesta en valor. 

1981

Santa Teresa queda dentro del ámbito del Departamento de Estudios Históricos del Estado Mayor del Ejército y, en su categoría de Museo Militar, presenta una exposición que recrea la vida en una fortificación del siglo XVIII y la evolución militar de la dominación española.