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Grito de Asencio

Grito de Asencio

El “Grito de Asencio”, marcó en nuestro territorio un momento trascendente, sin el cual no se entiende el resto de la historia nacional: el inicio de la lucha emancipadora. …

El 28 de febrero de 1811 un grupo revolucionario escondido en los montes de los Campos de Asencio, en el Departamento de Soriano, comenzó la lucha liderados por dos paisanos, Pedro Viera, más conocido como “Perico el Bailarín”, y Venancio Benavides. Siendo estos últimos, hombres de limitada formación militar, en cambio ofrecían su vida por una lucha que en principio era muy desigual.

Los primeros encuentros fueron auspiciosos a los patriotas, con la ocupación del principal centro de poder español en la zona, Mercedes y su extensión a las zonas vecinas. Comenzaba de esta forma lo que el propio Gral. José Artigas calificó como “Admirable Alarma”; es decir, hecho detonante del movimiento revolucionario en el cual partidas aisladas comenzaron a combatir en todo el territorio de la Banda Oriental contra el dominador español.

De esta forma, resumida, se puede expresar este hecho. Pero todo tiene su historia.

Ya  con  anterioridad se había producido un conato revolucionario en Montevideo el 12 de julio de 1810 por parte del Batallón de Voluntarios del Río de la Plata. Su fracaso demostró a la Junta de Buenos Aires que a diferencia del resto del territorio rioplatense, la revolución no podía partir de la ciudad sino desde el campo; elemento que pauta la originalidad del inicio de  la revolución oriental.

El territorio de la Banda Oriental se vio conmovido por la formación de pequeños grupos insurgentes que esperaban el momento para iniciar la lucha.

El grupo que inició la revolución se había comenzado a reunir en forma muy modesta, y con muy pocos apoyos procedentes de la revolución, en enero de 1811 bajo el mando del vecino de Río Grande Pedro Viera quien hacia el 20 de febrero había convocado unas 130 personas. En ese momento se une a éste grupo inicial el otro líder del la conjura, Venancio Benavidez reuniendo en total unos 300 hombres que se ocultan en los montes de Asencio, que se encontraban en connivencia con el comandante  Ramón Fernández. Allí son descubiertos por fuerzas realistas pero por un ardid desarrollado por los revolucionarios se logra engañar a una partida de 25 blandengues y 30 españoles que fueron capturados el 27 de febrero al ingresar al monte.

Su siguiente movimiento no se hace esperar,  las fuerzas patriotas se colocan a la vista del pueblo de Mercedes, cuyas fuerzas realistas realizan a su vez demostraciones de fuerza. Al día siguiente los patriotas envían a Enrique Reyes para parlamentar la rendición, acordándose ésta luego de varias dudas y discusiones.

Se cierra así el primer hecho trascendente de la Revolución Oriental, semilla que pronto germinará en una serie de hechos emblemáticos para nuestra Patria: la toma del territorio oriental, la Batalla de las Piedras, los dos sitios de Montevideo, el Éxodo, Congreso de Abril, Instrucciones del Año XIII, Gobierno Económico de Canelones y finalmente la conformación de la Liga Federal.